El origen del beso

Lo besaba con tanta fuerza
que ya no lo besaba sólo a él
de la memoria sensorial de mi boca
emanaban recuerdos directos a mi cerebro
y evocaba como en procesión a
aquellos rostros de todos los hombres
a los que alguna vez besé en mi vida
me fundí en una veintena de cuerpos
me disolví y la materia se esparció
en ese momento tuve 16 y estuve
en un paredón a la salida del boliche
explorando por primera vez cada fibra
de mi cuerpo que estaba como desgranándose
y juntandóse a cada segundo nuevamente
 ahí estaba yo descubriendo
a un cuerpo otro-alterno, extraño
que de a ratos se ponía rígido o demasiado blando
y con movimientos de artesana pasé mis dedos
entre su pelo, para deshacer el ensueño
temerosa de que los años hayan vuelto tristemente
a las caricias, recursos, automatismos:
mera burocracia de las relaciones amorosas
en épocas de Whatsapp y de Instagram
la nostalgia, después de todo , tal vez
no es tan mala, ni tan traicionera
si nos retorna a la esencia de las cosas




Comentarios

  1. El lado positivo de la nostalgia entre tanto cyberpunk creciente!
    Che, que pedazo de beso, generaba una convergencia espacio-temporal de besos, fabuloso!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Fuertes palabras

Fantasmas