La jaula hecha pájaro

Para empezar bien  hay que abrir las ventanas dejar entrar la luz acordarse de la importancia de enunciar en positivo no es que "lo arruinaste" en verdad es un "ya va a salir"  se sigue con dos de azúcar al café, cargar dos o tres libritos a la mochila no olvidar cerrar la puerta con llave sin antes espiar que la empatía y la sororidad no hayan quedado encerradas con el gato Finalmente, respirar hondo y afrontar un largo día.

Paciencia y resiliencia es quedarme en esta mañana helada un rato bajo las sábanas pausando esta mezquina existencia Sí, puede ser que carezca de la valentía necesaria para afrontar la vida pero ¿quién quiere ser valiente? Con poner un pie y lentamente el otro y sacudir mi cuerpo, arrojando las flechas envenenadas del ayer: me conformo soy digna de ver la luz del sol la orilla del río las nubes la calle un día más un día menos mi cuerpo arrastrándose automático y liviano los sonidos de las almas que traquetean el soplo la fuerza interior el barro creador o como sea que se llame esa cosa que me mueve me orquesta en sinfonías de ruido blanco abrir los ojos abrir la boca abrir las manos soñar con mariposas y finalmente, despertar

Encontré escrito en un anotador -pretérito imperfecto del verbo haber- que las palabras me daban coherencia Ingenua fui Todo lo que pronuncio es algo así como el desecho del pensamiento de lo que antes fueron solamente emociones Como una gotera condenada a perder por toda la eternidad Ni yo me conozco en la esencia Mil versiones cada día y no sé cuál es la auténtica: si la que ríe la que escribe la que sueña la que lee la que juega la que escapa la que tiene miedo la que aguanta la que escucha la que abandona la que hiere... Por eso no puedo esperar a descubrirme para amar y odiar al mismo tiempo a esta  vida que juega conmigo a las escondidas No puedo encerrarme más y no amar en la otredad Lo que quiero es mirar aunque nunca vaya a poder poner en palabras eso que realmente pasa eso que cambia que va, que viene "eso" porque yo no soy muy buena para nombrar porque al fin y al cabo lo que somos es acto, cuerpo y experiencia

El frío que se siente bajo mis pies cuando abro la heladera tiene algo de mortuorio y  de enajenante Pienso seguido en las cosas que orbitan siempre estáticas A veces la flasheo con que  puede haber un error de cálculo del universo y puedo caer por el agujero del ascensor. y hay que hacer hoy como Alicia que cayó en la madriguera del conejo ¿dónde está mi madriguera cuando necesito -con urgencia- extraviarme? Salir del cuerpo automático, irreflexivo es difícil a veces me percibo muy chiquita otras veces colosal, invencible a veces no sé muy bien lo que soy y me veo metamorfoseada de libélula de pantera de ajolote o de serpiente y me voy desarmando, desintegrando ¿para qué ser como una piedra si puedo, si quiero fluir como el cielo? No, yo no soy natural ni las frutas son naturales tejo y destejo mi propio tapiz de amor multicolor desde el corazón a las entrañas nadie nunca me va a decir cómo amar

La ficción me sirve para decir cosas como que la curva  que traza tu sonrisa se parece a la de una medialuna y que por eso tu boca me hambre Si te lo digo así no me lo creerías porque hay verdades más mentirosas que otras y algunas merecen habitar la poesía ¿es cierto que tus ojos negros parecen dos pantanos? ¿es cierto que olés siempre a café con leche? ¿es cierto que  tenés dedos suaves como la plastilina? Todo es cierto del verso hacia adentro donde habla lo callado donde vive y crece y respira el amor susurrado el amor transitado en silencio o a media voz Si es que alguien inventó  a la ficción no se imaginó que se iba a convertir en lenguaje de los enamorados en delirios hiperbolizados en fantasías de mates en el pasto y cielos despejados en sueños de Cortázar en ideas que no te dejan dormir ni comer porque te cosquillean el cuerpo hasta que las escribís hasta que las transpirás hasta que le ponés el cuerpo a las pala

Lo besaba con tanta fuerza que ya no lo besaba sólo a él de la memoria sensorial de mi boca emanaban recuerdos directos a mi cerebro y evocaba como en procesión a aquellos rostros de todos los hombres a los que alguna vez besé en mi vida me fundí en una veintena de cuerpos me disolví y la materia se esparció en ese momento tuve 16 y estuve en un paredón a la salida del boliche explorando por primera vez cada fibra de mi cuerpo que estaba como desgranándose y juntandóse a cada segundo nuevamente  ahí estaba yo descubriendo a un cuerpo otro-alterno, extraño que de a ratos se ponía rígido o demasiado blando y con movimientos de artesana pasé mis dedos entre su pelo, para deshacer el ensueño temerosa de que los años hayan vuelto tristemente a las caricias, recursos, automatismos: mera burocracia de las relaciones amorosas en épocas de Whatsapp y de Instagram la nostalgia, después de todo , tal vez no es tan mala, ni tan traicionera si nos retorna a la esencia de la